París, 6 de enero de 2025
Nobles de Francia, colaboradores, amigos,
Hoy, en esta fecha tan señalada para nuestra Casa, nos reunimos para conmemorar no solo un legado histórico, sino también para reflexionar sobre nuestro presente y proyectarnos hacia el futuro. Un futuro que, como bien sabéis, se construye con esfuerzo, dedicación y un compromiso inquebrantable con los valores que han definido a la Casa de Borbón a lo largo de los siglos.
En este día de celebración, me dirijo a vosotros, nobles de Francia, depositarios de una tradición milenaria, herederos de un linaje que ha forjado el destino de nuestra nación. Os hablo como Príncipe de Borbón-Conti y Bourbon de la Marche, como Jefe de Nombre y de Armas de la Casa de Francia, pero sobre todo, como un miembro más de esta familia que comparte con vosotros el orgullo y la responsabilidad de llevar un nombre que resuena en la historia.
Sin embargo, la nobleza no se define únicamente por la sangre o los títulos. La verdadera nobleza reside en el carácter, en la integridad, en el servicio a los demás. Y es precisamente en este punto donde debemos hacer un examen de conciencia, una reflexión profunda sobre nuestro papel en la sociedad actual.
No puedo negar que, en los últimos tiempos, he observado con cierta preocupación una tendencia a la complacencia, a la pasividad, a la resignación entre algunos miembros de nuestra Casa. Pareciera que el peso de la historia, en lugar de impulsarnos a la acción, nos ha sumido en una especie de letargo, en una cómoda inercia que nos aleja de la realidad que nos rodea.
Nobles de Francia, no podemos permitirnos el lujo de vivir en el pasado. El mundo ha cambiado, las necesidades de nuestro pueblo han evolucionado, y nosotros, como garantes de su bienestar, debemos adaptarnos a los nuevos tiempos sin renunciar a los valores que nos definen.
Es hora de abandonar la comodidad de los salones, de dejar atrás la nostalgia de épocas pasadas, y salir al encuentro de la Francia de hoy, una Francia diversa, compleja, que demanda nuestra atención y nuestro compromiso.
No podemos ser simples espectadores de la historia. Debemos ser protagonistas, agentes de cambio, defensores de los más vulnerables. Nuestro compromiso debe ser con los olvidados, con los necesitados, con aquellos que no tienen voz. Debemos ser la voz de los que sufren, la mano que ayuda a los que caen, la esperanza de los que desesperan.
Os exhorto, pues, a poner más empeño en vuestro trabajo, a dedicar vuestras energías y talentos al servicio de la Casa y de Francia. No os pido que abandonéis vuestras vidas, vuestras responsabilidades, vuestras aspiraciones personales. Os pido que las pongáis al servicio de un bien mayor, que las integréis en un proyecto común que nos trasciende a todos.
Recordad que el futuro de la Casa de Borbón es también vuestro futuro. Un futuro que no se construye con lamentos ni con nostalgias, sino con trabajo, con dedicación, con la convicción de que juntos podemos hacer de Francia una nación más justa, más próspera, más solidaria.
Pero nuestro compromiso no se limita a las fronteras de Francia. Como Casa Real, tenemos una responsabilidad con el mundo, con la paz, con la justicia. Debemos ser un ejemplo para otras naciones, un faro que ilumine el camino hacia un futuro donde la cooperación y el entendimiento prevalezcan sobre la confrontación y el conflicto.
Nuestro compromiso es con los hombres de armas que defienden nuestra nación, con los políticos que trabajan por la paz, con los diplomáticos que construyen puentes entre los pueblos. Debemos ser un factor de estabilidad, de diálogo, de concordia en un mundo cada vez más convulso.
En este 6 de enero, os invito a renovar vuestro compromiso con la Casa de Borbón, a uniros a mí en esta tarea de construir un futuro mejor para Francia y para el mundo. Un futuro donde la justicia, la solidaridad y la paz sean los pilares de una nueva era.
Capítulo 1: El Legado de Nuestros Ancestros
Nobles de Francia, no podemos olvidar que somos herederos de una historia rica y gloriosa. Nuestros antepasados, con su valor, su sabiduría y su entrega, forjaron una nación que ha sido ejemplo de cultura, de progreso, de civilización.
Recordad a los grandes reyes que han ocupado el trono de Francia, a los héroes que han defendido nuestra patria, a los artistas y pensadores que han enriquecido nuestro patrimonio cultural. Su ejemplo debe guiarnos en nuestro camino, inspirarnos a ser dignos sucesores de su legado.
Pero no podemos quedarnos anclados en el pasado. Debemos aprender de la historia, sí, pero también debemos mirar hacia el futuro, con la determinación de escribir un nuevo capítulo en la historia de la Casa de Borbón.
Capítulo 2: El Deber de la Nobleza
La nobleza no es un privilegio, sino una responsabilidad. Un compromiso con la sociedad, con el bienestar de nuestro pueblo. No podemos conformarnos con ostentar títulos y honores. Debemos ser ejemplo de servicio, de integridad, de compromiso con los valores que definen a nuestra Casa.
En un mundo cada vez más individualista, donde el egoísmo y la ambición parecen ser los valores dominantes, la nobleza debe ser un faro que ilumine el camino hacia una sociedad más justa y solidaria.
Debemos ser los primeros en defender a los más débiles, en luchar contra la injusticia, en promover la paz y el entendimiento. Nuestro ejemplo debe ser un motor de cambio, una inspiración para que otros se sumen a esta noble tarea.
Capítulo 3: La Educación, Pilar del Progreso
La educación es la clave para un futuro mejor. Una sociedad educada es una sociedad libre, crítica, capaz de tomar decisiones responsables y de construir un futuro próspero.
Por ello, la Casa de Borbón siempre ha apostado por la educación, como lo demuestra la creación de la Appleton Private University. Esta institución, que he tenido el honor de fundar, es un testimonio de nuestro compromiso con la difusión del conocimiento y con la formación de las nuevas generaciones.
La Appleton Private University es una universidad diferente, abierta a todos, sin distinción de origen o condición social. Un espacio donde el conocimiento es un derecho, no un privilegio. Un lugar donde se forman los líderes del futuro, comprometidos con la construcción de un mundo más justo y sostenible.
Capítulo 4: El Compromiso con la Paz
La paz es un bien preciado, un anhelo universal. En un mundo marcado por los conflictos y la violencia, la Casa de Borbón debe ser un baluarte de la paz, un referente para aquellos que buscan la concordia y el entendimiento.
Nuestro compromiso con la paz se manifiesta en nuestra participación activa en organizaciones internacionales, en nuestro apoyo a iniciativas de desarme, en nuestra defensa del diálogo y la diplomacia como herramientas para resolver las diferencias entre las naciones.
No podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento de otros pueblos, ante las injusticias que se cometen en el mundo. Debemos ser una voz que clama por la paz, una mano tendida que ofrece ayuda y solidaridad.
Capítulo 5: La Solidaridad con los Necesitados
La Casa de Borbón siempre ha estado cerca de los más necesitados. A lo largo de la historia, hemos brindado ayuda y protección a los más vulnerables, a aquellos que han sido golpeados por la desgracia o la marginación.
Hoy, en un mundo donde la desigualdad y la pobreza siguen siendo una realidad lacerante, nuestro compromiso con los necesitados debe ser más firme que nunca. No podemos permitir que la indiferencia y el egoísmo se apoderen de nuestras sociedades.
Debemos ser un ejemplo de solidaridad, de compasión, de generosidad. Debemos tender la mano a aquellos que sufren, ofrecerles nuestro apoyo y nuestra ayuda para que puedan salir adelante.
La Fraternitas Mundi Foundation, que he creado bajo el amparo de la Casa de Borbón, es una muestra de nuestro compromiso con los más desfavorecidos. Esta fundación, que ya ha comenzado a dar sus frutos, tiene como objetivo proporcionar ayuda humanitaria a personas en situación de vulnerabilidad, ofreciéndoles acceso a alimentación, alojamiento y oportunidades de desarrollo personal y laboral.
Capítulo 6: El Llamado a la Acción
Nobles de Francia, colaboradores, amigos, ha llegado el momento de actuar. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras el mundo nos necesita. Es hora de poner en práctica los valores que defendemos, de convertir nuestras palabras en acciones concretas.
Os invito a uniros a mí en esta noble tarea, a aportar vuestro granito de arena para construir un futuro mejor para Francia y para el mundo. Cada uno de nosotros, desde su posición, puede hacer una diferencia.
No importa la magnitud de la acción, lo importante es el compromiso, la voluntad de servir, el deseo de hacer de este mundo un lugar más justo y habitable.
Podemos colaborar con organizaciones benéficas, participar en proyectos de voluntariado, donar a causas que nos parezcan justas, educar a nuestros hijos en los valores de la solidaridad y la compasión… Las posibilidades son infinitas.
Lo importante es que no nos quedemos indiferentes, que no nos dejemos vencer por el pesimismo o la apatía. El futuro está en nuestras manos, y juntos podemos construir un mundo mejor.
Capítulo 7: La Fuerza de la Unidad
La Casa de Borbón es una gran familia, unida por lazos de sangre, de historia, de valores compartidos. Nuestra fuerza reside en la unidad, en la capacidad de trabajar juntos por un objetivo común.
En momentos de dificultad, como los que estamos viviendo, la unidad es más importante que nunca. Debemos cerrar filas, apoyarnos mutuamente, superar nuestras diferencias y trabajar juntos por el bien de la Casa y de Francia.
Solo unidos podremos afrontar los desafíos que nos esperan, solo unidos podremos construir un futuro próspero y esperanzador.
Capítulo 8: Un Mensaje de Esperanza
A pesar de las dificultades, a pesar de los desafíos, no debemos perder la esperanza. El mundo necesita nuestra ayuda, nuestra solidaridad, nuestro compromiso.
La Casa de Borbón, con su larga historia de servicio a Francia y al mundo, tiene un papel fundamental que desempeñar en la construcción de un futuro mejor.
No podemos defraudar a aquellos que han depositado su confianza en nosotros. Debemos estar a la altura de las circunstancias, ser un ejemplo de integridad, de compromiso, de esperanza.
Juntos, podemos hacer del mundo un lugar más justo, más solidario, más pacífico. Juntos, podemos construir un futuro donde todos tengan la oportunidad de vivir una vida digna y plena.
Nobles de Francia, colaboradores, amigos, en este día de celebración, os invito a renovar vuestro compromiso con la Casa de Borbón, a uniros a mí en esta tarea de construir un futuro mejor para Francia y para el mundo.
Sé que cuento con vosotros, con vuestra dedicación, con vuestro talento, con vuestra generosidad. Juntos, haremos de la Casa de Borbón un referente de solidaridad, de justicia, de paz.
¡Viva la Casa de Borbón! ¡Viva Francia!
Príncipe de Borbón-Conti y Bourbon de la Marche
Jefe de Nombre y de Armas de la Casa de Francia