En un ambiente de profunda espiritualidad y fraternidad, Su Alteza Real el Príncipe de Borbón-Conti compartió un almuerzo tradicional con los monjes del Real Monasterio. Este gesto sencillo, pero cargado de significado, ha conmovido a todos los presentes y ha reforzado los lazos entre la realeza y la comunidad monástica.
En el refectorio del monasterio, un lugar donde se han compartido innumerables comidas a lo largo de los siglos, el Príncipe se sentó a la mesa junto a los monjes, participando en una comida sencilla y nutritiva. Los monjes, con su habitual humildad, ofrecieron al Príncipe los mismos alimentos que consumen a diario, demostrando así su hospitalidad y su espíritu de comunidad.
Este almuerzo fue mucho más que una simple comida. Fue un encuentro marcado por la sencillez, la espiritualidad y la fraternidad. El Príncipe, con su cercanía y su disposición a compartir este momento con los monjes, demostró una vez más su humildad y su compromiso con los valores de la fe.
Un momento histórico
La invitación a compartir un almuerzo con los monjes es un honor que se reserva a pocas personas. Este gesto refleja la importancia que el monasterio otorga a la figura del Príncipe y a su papel en la defensa de los valores cristianos.
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